La historia de una cigarrera, que desborda optimismo y superación

 

                  

Laura Díaz Luque, cigarrera nacida en 1979, fue un ejemplo de espíritu luchador ante la vida. Vivió hasta sus 30 años sorteando obstáculos, levantándose cada vez que tropezaba, llevando una vida llena de logros y a pesar de sus dificultades físicas consiguió hacer realidad gran parte de sus sueños.

 

 Su hermana mayor Carmen Díaz padecía distrofia muscular, y sus padres la llevaron a Barcelona para tratarle la enfermedad, haciéndole una rehabilitación especial. Al ser muy costosa la rehabilitación en Barcelona, adecuaron su casa para realizarla ellos, colocando un gimnasio en el salón, una piscina en el patio y poniéndole una profesora particular para que su hija fuera desarrollándose al máximo en todas sus capacidades. Por desgracia, falleció a los 14 años, tras una complicación. Laura tenía entonces 8 años, y al notar sus padres que también tenía dificultades para andar la llevaron a hacerle pruebas y le diagnosticaron distrofia muscular espinal degenerativa, que afecta al tejido muscular generando debilidad y pérdida del músculo.

 

 Sus padres no estaban dispuestos a volver a perder otra hija y comenzaron con todo su empeño a rehabilitar a Laura desde el principio.

 

Pero Laura dio muestras de superación y arrojo y siguió hacía delante superando muchos obstáculos gracias a lucha de sus padres, que consiguieron lo inimaginable para que su hija viviera en casa con la mejor calidad de vida posible, a costa de su esfuerzo, trabajo, estudio de técnicas auxiliares de enfermería, llegando incluso a crear un aparato específico para reforzarle los pulmones, porque a ella no le servía un aparato convencional debido a la desviación de columna que padecía. Consiguieron que Chamizo les subvencionara un aparato especial de Estados Unidos para que mejorara su respiración. Y aprendieron a mantener a su hija en casa para que no tuviera que vivir en la UCI, llevando a cabo los cuidados especiales que su hija necesitaba de día y de noche.

 

En una complicación, entró en coma y como tenía tantas ganas de vivir consiguió salir adelante. Era una guerrera incansable desde que nació. Según las personas que la rodeaban, Laura era una persona que le daba fuerzas, entusiasmo y ganas de vivir a todo el mundo.

 

 Al poco tiempo Laura necesitó hacerse una traqueotomía, decisión muy dura que tomó a los 11 años para poder seguir viviendo y ver crecer a sus hermanos. Tras la intervención, Laura estuvo dos años sin hablar, y gracias al apoyo de la familia y de los ATS del Hospital Virgen del Rocío, consiguió articular las palabras poco a poco.

 

Sus padres se han llevado toda la vida viviendo a través de los ojos de su hija, dándole todo lo que estaba a su alcance para que pudiera cumplir todos sus sueños. Manteniendo la unidad en la familia y empeñándose hasta límites extremos.

 

Sus sueños:

 

Ella creía en un Mundo mejor, muy creativa y amorosa, consiguió que mucha gente creyera en sus sueños.

 

A pesar de los senderos robustos de su vida, era muy afortunada y feliz, valoraba desde una pequeña flor hasta la estrella más lejana del infinito cielo. Para ella un simple día de Sol, en los merenderos con su familia era un sueño hecho realidad, poder escuchar los susurros del mar, desde el paseo marítimo de Sanlúcar era como salir volando....

 

 Aprendió a disfrutar de las pequeñas cosas.

 

Sus grandes aficiones eran la poesía, la pintura, escribir sus pensamientos, regalarles sus mejores versos a sus seres queridos y sobre todo, ayudar a todo el que lo necesitara. Siempre lo dio todo sin pedir nada a cambio y hacía lo imposible por aquellos a los que quería, dando incluso lo que no tenía para que otros realizaran sus sueños.

 

Gran amiga e importantísimo eslabón de su familia. Ella con su mente los llevaba a todos hacía delante, incluso haciendo de psicóloga cuando la necesitaban. Era detallista, soñadora, creativa, compasiva, muy cariñosa, amante de la vida y luchadora nata, con un corazón inmenso....una persona digna de admirar, ejemplar.

 

A Laura le encantaba cultivar su mente, leía mucho e investigaba, estudiaba psicología por internet y llegó a realizar uno de sus sueños, publicar su libro en 2003:

 

“Carpe Diem ( Vive el momento)”

 

"Por desgracia en la vida real no todo es posible, así que es bueno a veces, viajar con la imaginación, pues es el único viaje donde todos podemos ocupar plaza sin diferencias de ningún tipo, el único escape ante una realidad no deseada. Así se plantea Laura Díaz el ejercicio de la imaginación que ha realizado para escribir su libro. En su obra recoge mediante poemas, recuerdos y cartas una descripción sentimental de su entorno, con la que pretende dejar constancia de lo indispensable de la familia y los amigos, para seguir adelante y superar sus problemas de salud y discapacidad física."

 

Este libro se presentó en la Fundación Once de Sevilla. Laura estuvo arropada por medio centenar de personas que vibraron con sus palabras. Y el consejero de asuntos sociales Isaías Pérez Saldaña mostró su apoyo con su presencia.

 

Algunas de sus palabras fueron:

 

 “Nunca he sentido obstáculos para escribir el libro, porque era mi diario y me ayudaba a desahogarme, lo he escrito poco a poco, primero en la UCI, aunque estaba bastante delicada, mis manos estaban bien y mi mente aún lo está. Luego, cuando volví a escribir, ya me costaba más, porque la mano derecha se me atrofió, pero yo me hice zurda para poder seguir....

 

 Todo el mundo necesita realizarse, tener estudios, trabajar sentirse útil, quería tener algo que hubiera hecho yo. Publicar el libro era para mí una meta, lo he conseguido, me siento realizada...

 

 En mi tiempo libre me gusta estar con mi familia, que para mí es muy importante, salir cuando me encuentro bien físicamente, escuchar música para inspirarme y para olvidar a veces....”